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Información General Sobre Piercings

La historia de los piercings

Los piercing no son un fenómeno tan moderno como parece; el ser humano lleva mucho tiempo utilizando su cuerpo como el lienzo de su expresión personal. Incluso la momia más antigua que jamás se ha encontrado, Ötzi, conocido como El hombre de hielo, lleva un piercing en la oreja de 5.300 años.

En algunas culturas, los varones se perforaban al entrar en la pubertad como símbolo de haberse convertido en adultos. Otras, utilizaban los piercings para indicar afiliaciones tribales, para rebelarse en contra de su cultura o para realzar rasgos físicos. En algunos lugares, las perforaciones se consideran un símbolo de riqueza: a más piercings, más estatus económico.

Los piercings también fueron parte del comercio de esclavos. También, en algunas comunidades, los beneficios sexuales de los piercings íntimos jugaron un papel importante en sus rituales.

A continuación exploraremos la emocionante, y a veces sorprendente, historia de los piercings como una de las formas más antiguas de modificación corporal.

Piercings en rituales

En varias culturas, los adolescentes se perforan al alcanzar la pubertad para simbolizar su incorporación al mundo de los adultos. En Borneo, por ejemplo, el padre y la madre perforan respectivamente un lóbulo de su hijo en representación de su nueva independencia.

Otro interesante ritual con piercings tiene como finalidad mantener alejados a los demonios y espíritus malignos. Según muchas tribus nativas, los demonios pueden acceder a un cuerpo a través de sus orejas. Así que, ¿cómo se protegen de ellos? Llevando una pieza de metal en la oreja, ya que creen que el metal repele a los demonios y espíritus malignos.

Algunas tribus incluso han utilizado los piercings íntimos tanto para la estimulación sexual como para aumentar la fertilidad. Más adelante, en la Europa de los 1700, los piercings se llevaban para todo lo contrario: evitar la masturbación y los supuestos conflictos morales que esta conllevaba.

Los marineros y los piercings

En Europa, los marineros debían perforarse una oreja después de cruzar el ecuador. Pero, supuestamente, su pendiente tenía una función adicional: según un mito ampliamente extendido, los piercings en la oreja proporcionaban a los marineros una mejor visión.

Aparte, el pendiente tenía otra utilidad. Sobre todo en la Edad Media, para la mayoría de los europeos era muy importante celebrar funerales cristianos. Si un barco naufragaba y uno de los marineros era encontrado en la orilla del mar, su pendiente podía utilizarse como pago por un entierro cristiano y digno. Por eso, la mayoría de los pendientes de aquellos tiempos estaban hechos de oro.

En la región ártica, sin embargo, los cazadores llevaban piercings para que les trajeran suerte. Intentaban imitar a las morsas para acercarse a ellas y matarlas, y para ello, se perforaban los labios y se colocaban largas joyas que imitaban los dientes del animal.

Historia de los PiercingsHistoria de los Piercings

Piercings y dinero

En algunas partes del mundo, las perforaciones están relacionadas con el estatus social: cuantos más piercings tienes, más rico eres

En la antigua India, por ejemplo, los piercings se hacían a menudo en fiestas grandes y ostentosas en las que el anfitrión pagaba a alguien para que viniera a perforar a sus hijos o nietos, dotándoles así de más estatus. El material de la joya también marcaba una gran diferencia; llevar piercings de metales preciosos, como el oro, demostraba tener un nivel superior a los que llevaban cuerno o hueso.

Hoy, en algunas partes de la India, la gente sigue utilizando piercings grandes y bonitos como símbolo de estatus. Es el caso, en particular, de los piercings en la nariz, que llevan un número considerable de mujeres en la India. Además, allí se dice que perforarse el nostril izquierdo ayuda a aliviar el dolor menstrual.

Los piercings en la trata de esclavos

La forma en que los piercings tuvieron una gran importancia durante el comercio transanlático de esclavos es un ejemplo de como los piercings podían hacer a una persona menos atractiva en lugar de realzar su apariencia física. Durante la trata de esclavos, las mujeres eran objeto de comercio con fines sexuales, por lo que su aspecto físico era muy importante.

Las mujeres desarrollaron técnicas para evitar que abusaran de ellas. Por ejemplo, algunas deformaban considerablemente su aspecto, perforándose el labio inferior e incluso introduciéndose un objeto parecido a un plato llamado pelele. Además, a menudo se arrancaban los dientes delanteros para hacer sitio a un pelele más grande a medida que el piercing se dilataba. Al quitarse el pelele, el labio inferior quedaba colgando como un fino anillo de cuero bajo la barbilla, lo que hacía a las mujeres menos atractivas a propósito.

Cuando los piercings no se llevaban

Hubo un tiempo, durante varios cientos de años, en el que las perforaciones en las orejas casi desaparecieron completamente del mapa. Del siglo VI al siglo XVI, las orejas debían ir cubiertas bien con el pelo o con la ropa, y naturalmente, no es muy práctico llevar pendientes que choquen con pelo o tela. Por eso, los piercings en las orejas desaparecieron de la moda durante un tiempo en Europa, por lo menos para las mujeres. Entonces, por lo general, los pendientes solían verse entre las clases trabajadoras de la sociedad: los esclavos y las trabajadoras sexuales.

Para los hombres, en cambio, los pendientes estuvieron muy de moda por un tiempo. Poco antes de que las mujeres volvieran a llevar pendientes, hubo un periodo de tiempo en el que más hombres que mujeres tenían las orejas perforadas. En el siglo XVI, diferentes personalidades importantes llevaban pendientes (solo en una oreja), entre ellas, Shakespeare, el Rey de Inglaterra y otros. Sin embargo, esta tendencia no duró demasiado.

Popularización

Tras la II Guerra Mundial, los piercings empezaron a llevarse de nuevo en la cultura occidental. Subculturas como el movimiento punk y la comunidad gay masculina lucían piercings para destacarse entre los demás. Más tarde, los piercings pasaron rápidamente a ser más bien mainstream.

Hoy en día, tener un piercing es casi más común que no tener ninguno. Los piercings están también muy sujetos a las tendencias: lo que está de moda hoy puede o puede no estar de moda mañana. ¡Quién sabe qué tipo de tendencias en piercings nos deparan en el futuro!

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